El campo, un lujo, gracias al esfuerzo de mi santa madre y María Inés, que estuvieron mucho tiempo limpiando, ordenando y acomodando todo para el magno evento. El día, parecía elegido a propósito: medio nublado, pero soleado, cuando empezaba a hacer un poco mas de calor… corría un poquito de viento.
Todo increíble, todo espectacular. La novia estupenda, el novio parecía muñeco de torta de lo delicioso que se veía… La capilla pletórica de gente (pletórica = mil veces mas que llena) y el civil en el Patio San Camilo con una jueza sumamente paciente.
La mesa que me tocó, buenísima. Un mix de amigos de Francisco (con sus novias) y primas. Conseguimos incluso que José le regalara un anillo a Luisa…
El baile fue intenso. Empezó a las 4 de la tarde y no paramos hasta que nos cortaron la música a la 1:30 de mañana. Hubo cotillón, una murga de los amigos del novio vestidos como cheerleders (no coments) y fernet… mucho fernet.
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