
Como la crónica del fin de semana iba para largo, opté por separarlo por partes. Acá va la primera...
Este fin de semana conocí un lugar que no tenía pensado conocer en el largo y muchísimo menos en el corto plazo: Tacna city.
Y es que los prejuicios eran muchísimos: que la ciudad es fea, que si quieres comprar algún certificado trucho
ese es el lugar para hacerlo, que es un lugar peligroso. Pero por otra parte la razón para ir era mucho mas fuerte: se casaba la Ceci Velarde.

Así que post despedida de soltera, llamé a Cocha y a la hora ya tenía pasajes comprados a Arica, hotel en Tacna y transporte Arica – Tacna seguro y confiable. Además, justo mi itinerario y el hotel coincidían con los de una amiga de la Ceci y su pololo: la Fran y Diego.
A ver, vamos por parte: cómo llegar a Tacna. Los de la oficina que siempre se quejan de viajar en vuelos con escala no saben la micro en la que me fui. Porque era una micro y con el siguiente recorrido: Santiago – Copiapó – Iquique – Arica. Por suerte nadie de Antofagasta levantó la mano, porque quien dice y el avión habría hecho otra escala mas. Pero tuve suerte, porque salvo que mi vecina en el primer tramo me tiró parte de su jugo de duraznos en mi pantalón (“No te alcancé a mojar, verdad linda?”) el resto del viaje los hice con el asiento del medio sola, lo que daba un poco de espacio adicional. Llegamos a Arica en calidad de bulto y nos estaba esperando el sr. Bonatti para llevarnos a Tacna en su “taxi” que era un Ford azul enorme.

En la aduana vi lo que era la discriminación. Mientras a nosotros ni nos miraban lo que traíamos en las maletas (mi cartera no la revisaron ni pasó por ningún scanner) a la pobre señora que viajaba con sus manto en vez de maleta, le revisaron hasta debajo de las uñas…
Cuando íbamos llegando a Tacna, nos paró la policía. Al chofer y a Diego (que venía sentado adelante) les pidieron los documentos. Cuando nos estábamos por ir, el policía dijo algo así como “tengan cuidado porque viene el fin de semana…” . Le pregunté (ilusamente) al chofer si en Tacna los ladrones salían solamente los fines de semana… Al final, lo que pasaba era que como eran 2 hombres y 2 mujeres en el auto y en Perú no está prohibido tomar en los autos siempre y cuando no hagas desórdenes, el policía nos estaba diciendo que tuviéramos cuidado y que no tomáramos de mas!!!
Llegamos al hotel. Mi cuarto era grande, pero no entiendo que parte de habitación single ejecutiva no entienden en Tacna… en vez de una gran cama, había 2 camas de 1 plaza. Pero bueno, lo importante es que era limpio, estaba bien ubicado y tenía tv cable.
La Fran y Diego salieron a comer afuera, pero yo estaba muerta. Como allá hay 2 horas menos que acá, todavía era relativamente temprano. Pedí que me subieran algo para tomar al cuarto y me fui a dormir. A las 2 de la mañana, hora de Chile, me llamaron de la recepción para decirme que ya habían recibido el pago, que si quería boleta o factura para subírmela en ese momento. Casi mato al que me llamó! Le expliqué que en Chile eran las 2 de la mañana y que la boleta me la podía entregar en la mañana cuando bajara a tomar desayuno… De todas maneras, me dijo, en la recepción hay calefactores por si tiene frío (hacía calor, gracias), mas almohadas y refrescos. Que cualquier cosa que necesitara, les avisara. Hablando mas tarde con la Fran, me di cuenta que tuve mucha suerte porque a ellos no los pescaban ni en bajada. De hecho el sábado en la mañana, me tocaron la puerta para entregarme un rollo de papel higiénico que había pedido ella (nuestras piezas quedaban casi al lado).
Después del desayuno, salí a recorrer las únicas cosas turísticas que

tiene la ciudad. La catedral, una fuente que hizo Eiffel y un arco. Todo en la misma plaza.
Catedral: resulta que durante el gobierno de José Balta se firmó un contrato millonario de venta de guano para Europa, así que aprovecharon las lucas para hacer varias obras públicas. Fue así como se contactaron con la firma francesa de Eiffel y le encargaron la construcción de la catedral. El tema es que entre que la plata no alcanzó y que tuvieron peleas con algunos vecinos, la obra la terminó de hacer un arquitecto peruano 79 años mas tarde. No importa, por

que valió la pena la espera. Tiene unas imágenes de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres muy lindas y un altar para la Virgen (dolorosa?) a un costado. Traté que alguien me contara un poco de la historia, pero nadie sabía nada.
Pila ornamental: también es de la firma de Eiffel, pero la hizo otro escultor. Tiene 6 metros de altura y 6 metros de diámetro en la parte mas ancha. La verdad? No es mi tipo de fuente
Arco parabólico y lámpara votiva: la forma, tiene que ver con la forma de la plaza, que no es redonda ni cuadrada (¿?). Mide 18 m y está construida en piedra de cantería. Se levanta en honor a los héroes peruanos de la Guerra del Pacífico: Miguel Grau y Francisco Bolognesi. Este ultimo también tiene en su honor uno de los mercadillos mas importantes… que fue mi siguiente

parada.
En Tacna, en vez de tener malls tienen “mercadillos” que vendrían siendo una suerte de Persa Biobío pero mas chico. Son puestitos en los que se vende de todo: electrodomésticos, ropa, zapatillas, juguetes y cd piratas que parecen reales. Aceptan soles y pesos chilenos, aunque hay que tener cuidado porque varias veces me trataron de marear con los vueltos. Lo que no era muy bueno, es que había algunos puestos de comida… el ajo se olía a metros de distancia. Cuando me di cuenta que estaba comprando puras tonteras (por ejemplo el mono que chifla), decidí volver al hotel.
En la tarde me puse a buscar peluquería cerca del hotel y me encontré con un letrero que apuntaba a un segundo piso. Mientras caminaba por las escaleras mal iluminadas, me empecé a arrepentir… pero eran mas fuertes mis ganas de enrularme el pelo. El lugar era simple, pero bueno. Lo que si, es increíble la tranquilidad y lo poco agitados que son en Tacna. Para todo tienen mil horas. La peluquera (¿dueña?) me preguntó si tenía un compromiso y si era así que ella también maquillaba por 10 soles (la nada misma). No se en que pensaba y acepté. Cuando me vi al espejo tuve que recurrir a mis dotes de actriz para que no se me notara el asombro: ojos pintados calipso, boca delineada en un burdeo cafesoso y la boca pintada en un par de tonos mas claro. Estaba re atrasada, así que pagué y me fui corriendo al hotel a sacarme lo que no correspondía y repintar. El resultado fue aceptable a mi gusto (y sobre gustos…)