Esperando nada

Hace unos días, escribí en Facebook, "waiting" y me llegaron varios mensajes, llenos de elucubraciones sobre qué es lo que podía yo estar esperando. Gente ociosa. Tremenda desilusión se llevaban, cuando les explicaba, que lo que yo esperaba, eran las galletitas de peanut butter que había puesto en el horno… y es que tienen toda una técnica: no se pueden sacar antes porque se desarman y quedan semi crudas y no se pueden dorar de más, porque se ponen demasiado duras. Y todos los hornos tienen sus mañas… al igual que las cocineras (diría el horno).

Estamos entrando en la época de "esperas". Esperar a que los estudios a última hora resulten y pasar el ramo, esperar a que pasen luego los días y llegar al fin de semana, esperar a que los días se estiren como chicle para alcanzar a hacer la montonera de cosas pendientes para el proceso de admisión, esperar a que el “alguien” se digne a aparecer y dar señales de vida… Esperar, esperar, esperar.

Stop. Paren el mundo que me quiero bajar!!! Los días afuera están preciosos y que ganas de poder quedarme sentada, esperando que la vida me sorprenda, sin esperar nada en especial. Que cuando vaya en el auto y tenga que cambiarme de pista, la viej…señora de al lado me deje pasar. Que cuando llegue a mi casa, mi hermana haya hecho alfajores de maicena (que no puedo comer, pero es bueno saber que están). Que un día coincidamos todos en la casa para comer en la noche. Que en un panorama por el que no damos un peso, aparezca alguien que no vemos hace siglos. Ir a cantar al karaoke y que no haya mucha gente en la lista. Puros regalitos!

Hay que tomarse con calma este fin de año y dejarse sorprender... aunque las cosas no salgn como queramos ; )