junio 25, 2006

Ya estoy en New York!!!

Fueron las 24 horas mas largas de mi vida, pero lo conseguí. Llegué a NY sin perderme ni equivocarme! Definitivamente la teoría de la princesa en apuros funciona a las mil maravillas en este país (thank's God). Lo que si, hay que tener cuidado a quien uno le pregunta... color people have a very bad pronunciation.

A ver, vamos por parte... cuando les dejé de escribir ayer me fui con los papás al aeropuerto. Ellos tenían un matrimonio, así que calculen la elegancia... acá les dejo una fotito. Parecía que era primera vez que viajaba por la cantidad de fotos que me sacaba el papá. Pasé policía internacional sin problemas y me puse a seleccionar quienes quería yo que quedaran sentados a mi lado en el avión. El material era sumamente interesante (if you know what I mean). Estaba lleno de estudiantes de intercambio o viajeros como yo. Cuando ya tenía la terna ganadora, me tocó embarcar. De toda la gente interesante que había... ¿pueden creer que me tocó al lado de una señora igual a la Julia, pero en morena, que venía hasta con las gallinas? Gran decepción gran. No le hablé durante un par de horas, hasta que llegó la comida y me di cuenta que la señora al no hablar inglés se estaba quedando sin comer. Es que miren el cuadro: un hostess gringo, mascando chicle todo el rato, que dice "chicken or pasta" y la pobre señora sin entender ni papa. Obvio que la tenía que ayudar, o no? Ahí quedé como la interprete oficial de la sra. Juanita. Conversando con ella, me enteré que iba a NY con todo pagado, por una señora que había conocido en un viaje anterior y que le encantaba como cocinaba. Así que llevaba queso mantecoso, oregano, ají color y levadura (entre otros). No supe como le fue en inmigraciones...

El aeropuerto de Atlanta es lo más. Además de ser enorme, todo está tan organizado que era imposible perderse (nunca subestimen mi capacidad de ser LA que se perdió en Atlanta). Lo que si, el cambio de temperatura "jué horrible" y no encontraba donde cambiarme a una tenida mas adecuada a la sensación térmica. Me preguntaron si necesitaba traductora para pasar por Inmigraciones. Me las di de chora y dije que no. Vayan ustedes a saber que fue que le dije. reconozco que dudé por mi maleta. Después de sacarla de la huincha transportadora, la llevas a un par de cintas con 2 funcionarios diferentes. Le pregunté a uno si daba lo mismo cual cinta elegir y el tipo me invitó a bailar... en Africa! La Claudia me había dicho que tomara el metro para llegar a la salida del vuelo a Boston, pero como andaba con tiempo y quería estirar las piernas me puse a caminar, total muy lejos no podía ser. Creo que caminé 20 cuadras! Eso mas la humedad, hizo que llegara hecha una sopa a la famosa sección A. Una vez solucionado el problema, me puse a recorrer porque tenía mas de 45 minutos para mi vuelo. Es increible la cantidad de tiendas de souvenirs y restaurantes que hay adentro. De hacho, al vuelo, un par se subieron con el clásico vaso de Starbucks.

El vuelo a Boston me lo dormí entero. Hice un calculo rápido y la unica que hablaba castellano era yo. Aterrisamos y estaba lloviendo. El aeropuerto era mas chico que el de Atlanta, pero igual de increible. Además me encontré con un matrimonio de gringos super amorosos que me solucionaron un par de dudas. Y aquí tuve la primera falla de cálculo del viaje. Según yo (y lo que saqué de internet) tenía que agarrar el subway, la silver line y me iba a llevar a la South Station... pues no, era una micro bastante buena la que hacía el recorrido con un conductor eso si, no muy amable. Por suerte la niña que me vendió la tarjeta de llamados me explicó bien con cuanto tenía que pagar (las monedas de acá no tienen precio, solo nombres!!!). La llegada a la South Station, fue como salir del metro de Bueno Aires en Febrero... Con mi super torpedo, caminé hasta la estación de trenes y luego a la de buses. Cuando salí a la calle, miré bien y me enamoré a primera vista de la ciudad. Mucho edificio nuevo, mucho verde... me enamoré. Corrí hasta la Lucky Star Line que me iba a llevar por US$15 a NY. Me subí y partimos. Es una línea de puros chinos, pero el bus estaba bueno. Yo no había comido nada desde la noche anterior (en la mañana le regalé mi desayuno a mi vecina) y vi con alegría que parábamos en un restaurante de la autopista... chino. Con mi super english le pedí a una vendedora que quería un ham & cheese sandwich. Resula que lo unico que vendían era comida china, así que saqué unos arrolladoa primavera y unas empanaditas segun yo de camarón y me fui. Tampoco se trataba de que el bus quedara con una baranda infernal. Mis vecinos no opinaban igual. Uno sacó hasta pizza!!! Obvio que me ensarté con algunas elecciones, pero en líneas generales me fue bien.

Cuando llegamos a NY (definitivamente, por la parte fea de la city) vi con horror que la Cami no me estaba esperando... por suerte soy cegatona porque ahí estaba con un amigo (Jimmy) polaco de sus clases de inglés. Fue muy gracioso oirlo hablar castellano.

Ya con la Cami, todo fue mas facil y en castellano: metro, caminata y tren. En el tren, después de mucho rato de ponernos al día el tipo de al lado nos dice: ustedes son de Chile, no? Nos descubrió por el cachai!!!

La Rosita nos fue a buscar a la estación. Llegamos a la casa, me cambié de ropa y comimos un pollo con verduras buenísimo que hizo la Rosita.

La idea mañana es partir tempranito a Manhattan... buenas noches

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Rose!!! Buenísimo tu blog! Me encanta que hayas decidido publicar tus hazañas! Espero que te vaya muy muy muy bien en el viaje. Eso sí, tené cuidado con los extranjeros que andan dando vueltas por ahi porque he descubierto que hay una debilidad en la familia por ellos... Después ya no te queda más opción que seguir viajando...
Te mando un beso grande,
Saludos a Cami y que se diviertan.
Ah, y Aguante Argentina!!
Tere