El lugar es precioso! Super recomendable. Queda en Cajón del Maipú un poco mas arriba que Cascada de las Ánimas y la Casita del Bosque. Tiene unas cabañitas que son, como diría mi abuelita, amorosas.
Nos sacaron el jugo. Literalmente. Por mi parte aprendí que los límites se los pone uno y que a veces uno es capaz de dar mucho mas de lo que uno cree. En Cuncumén no fui capaz de subirme al árbol… y eso que los que te subían eran los demás con una cuerda amarrada a un arnés. Yo y mi maldita fobia a la altura. Esta vez, no se si será que maduré entremedio o es que tenía confianza ciega de que Jorge no me iba a pedir algo que pusiera en riesgo mi integridad física ni espiritual. La cosa es que me entregué, literalmente, a pasarlo increíble. Por petición de Jorge, escribí un cuento y hasta hice cannopy o como se escriba.
La experiencia, increíble. La compañía, inmejorable. El ánimo, por la estratosfera. No se si lo vayan a leer, pero gracias a todo el equipo! A las chiquillas: Roxana, Claudia, Marlene y Rossana, a los chiquillos: Jaime, Danilo, Marco, Héctor y Berni y por último, pero no menos importante, a Jorge, mi querido coach, a Sergio (que si no lo nombro seguro publica en youtube un compilado de imágenes vergonzosas), y a Daisy y Cristián, los instructores que nos tuvieron mucha paciencia.
Todo el equipo HR KC (menos Berni que se volvió antes a Santiago) + Jorge, nuestro coach
La vara, queda cada vez mas alta… que vamos a hacer la próxima vez?
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