Hola a todos!!! Ya estoy en Peekskill. Llegamos a las 12:30 anoche y hoy la Rosita, demasiado amorosa, nos despertó con waffles recién hechos para el desayuno.

Vamos a empezar desde donde quedé en el ultimo post antes de partir... Agarramos el tren de las 5:12 AM y nos fuimos al subway en mi queridísimo Bryant Park. Como andábamos muy contra la hora y teníamos problemas con los tickets (no nos había llegado el mail de parte de los buses con nuestros pasajes) nos tocó correr por Chinatown... obvio que la Camila llegó al bus antes que yo y en mucho mejor estado físico.
Ah! No les había contado, pero mientras estábamos en el metro, en la línea F ¡¡¡vi mi primer ratón desde que estoy en NY!!! Era una lauchita de lo mas inofensiva, pero como todo el mundo dice que siempre hay ratones en el metro, yo estaba de lo mas contenta porque
por fin había visto uno (y eso que me dedicaba a mirar los rieles).
Volviendo al bus, le explicamos al chino que hacía de jefe nuestra situación y le mostré los números de confirmación que la página de internet nos había dado... uno se esperaría que el tipo corriera a una computadora y comprobara que los números fueran correctos, o que al menos preguntaría un poco el por qué de la no impresión de los pasajes en su minuto, pero no. Me preguntó si podía sacarme una hoja del cuaderno, anotó los números de confirmación, hizo una firma y voilà! ya teníamos pasaje.

Traté de dormirmelo todo en el bus y llegamos al Chinatown de Washington DC a las 11:30 AM. Se mueren el arco lindo que nos estaba esperando a la llegada (va foto). Es increible, se veía una ciudad bastante "lisa" (léase sin montañas) y después de que conseguimos un mapa, caminamos hasta nuestro hostal que quedaba bastante cerca. Gracias a Dios, estos gringos son tan ocurrentes, que al igual que en NY, las calles tienen números y las avenidas, letras. Así, prácticamente imposible perderse.
Fuimos a misa en la iglesia de Saint Patrick. Aparte de cachar poco el tema de los cantos y las respuestas de la feligresía, me dió pena ver que la iglesia no estaba llena ni a la mitad. Parece que los latinos son mas fervorosos que los gringos (o había otra iglesia mas popular y no nos enteramos).

Caminando hacia la iglesia, nos encontramos con este estacionamiento decorado con micromosaico de vidrio… díganme si no parece el camino de Oz. Lo que si… ¿vieron el pasto verde? Es falso!.
Fuimos al Museum of Natural History. Para los que no saben, forma parte de los museos del Smithsonian, que aparte de ser increíbles (todo impecable) son gratis! Básicamente, el que no se culturiza en Washington, es porque no quiere. Well, volviendo al museo, en la entrada tiene a un elefante gigante impresionante. A ver, ustedes que me conocen… si en el museo había las siguientes exposiciones a cual creen que entraría yo:
a) vida en la Antártica
b) mamíferos
c) dinosaurios
d) meteoritos
e) gemas y minerales

Si contestaron cualquiera de las primeras cuatro alternativas… tenemos problemas. Obvio que me fui como hacha a ver las joyas, porque entre otras cosas, estaba el Hope Diamond y unas joyas que Napoleón le había regalado a su amada Josefina… Revisando las fotos, varias me salieron movidas, así que me van a tener que creer no mas lo lindo que era.
Después, nos fuimos al museo de al lado, el Nacional Museum of American History. Pasamos a almorzar al Subway que había adentro y me fui a recorrer. Lejos lo mejor que hemos hecho y sobre todo tomando en cuenta que mi hermanita es mucho mas sensible artísticamente hablando (en lágrimas nadie me gana) es quedarnos de juntar en un lugar en una hora específica. Había una exposición muy buena sobre el tiempo, como se mide, como lo percibimos, lo que vale… había una muralla con frases de gente famosa. Acá les mando dos:
“When you sit with a nice girl for two hours it seems like two minutes. When you sit on a hot stove for two minutes, it seems like two hours. That’s relativity” (Albert Einstein)
“How long a minute is depends on which side of the bathroom door you’re on” (Zall’s Second Law)

También visité una exposición sobre los trenes y autos (America sobre ruedas) y una muy Buena exposición sobre las Primeras Damas de la Nación, su rol en la política de estado, su rol en la diplomacia (en esto redestaca Mrs. Roosevelt) y por supuesto varios de los vestidos que usaron. Salvo la Mrs. Kennedy, todas eran bastante feuchas. Dato rosa: el título de “First Lady” se empezó a usar recién en 1.849 cuando Dolley Madison murió. Antes se les decía “Lady Washington”, “Lady Presidentress”, “Mrs. President” o simplemente “Mrs.”.

Lo de la tarde fue maratónico. Visitamos (todo caminando, no conocimos el metro de Washington) el Washington Monument (obelisco), el World War II Memorial, la Reflecting Pool, el Lincoln Memorial, el Vietnam Veterans Memorial (donde están escritos los nombres de todos los caídos en la guerra), la Elipse y la White House.
El obelisco es ENORME. Así, con mayúsculas y todo. Uno se siente tan chiquitita al lado… Lamentablemente, no teníamos entradas para subir y el lunes tampoco alcanzamos así que las fotos desde arriba se las quedamos debiendo. Lo que tampoco pudimos ver por dentro fue la Casa Blanca porque las visitas son de martes a sábado. Lincoln se veía imponente sentado en su silla, mientras uno, cual pulga se dedicaba a sacarle fotos. Me acordé de un capítulo de Pinky y Cerebro donde Cerebro hace que la estatua de Abbe se mueva y da órdenes… lástima, casi logra por fin, conquistar el mundo. Cerca de las

murallas con los nombres de los caídos en Vietnam, hay unas listas que te dicen en cual de las murallas está el pariente que participó en la guerra. Una vez que lo encuentras, un señor de Parques Nacionales, va con unas hojitas especiales (con logo) y le pasa un lápiz de cera negra por encima para que te lleves el nombre de tu ser querido a casa. Justo había una señora sacando uno y era emocionante, la gente se quedaba cerca de ella, en silencio acompañándola en este momento tan especial… No saben la cantidad de nombres que había en las murallas, generaciones de viudas y miles de madres sin sus hijos. Todos eran gallos jóvenes y con toda la vida por delante… definitivamente no me gusta la guerra. Basta de sentimentalismos!
Caminando de vuelta al hostal, vimos como en una plaza (no anoté el nombre) había música de tango y la gente bailaba. Era como una especie de clase abierta. Había unos muy buenos.
Ya en el hostal, la Camila salió a comprar algo de comida. Yo lo único que quería era dormir y conectarme antes a Internet. Ahí les escribí el post pasado, cortito porque era caro, pero suficiente para que cacharan que estábamos en la capi de los estados juntos.
Antes de calificar el hostal, voy a esperar a ver el de Boston hoy en la noche. Ahí les cuento que tal son…
Ayer nos levantamos como a las 9 (estábamos agotadas) y nos fuimos al Chinatown a tratar de cambiar nuestro pasaje desde las 11:45 PM a las 6:30 PM. Todo cierra temprano y nos quedaban relativamente pocas cosas que nos faltaran conocer. De nuevo, el chino (esta vez era otro) nos escuchó y nos dio un papelito roñoso que decía del cambio de bus.
Fuimos al Capitolio, pero solo yo entré. Resulta que no se puede entrar con ningún aerosol, con agua o con comida. Botar la botella de agua y el desodorante fue fácil para mi, pero la Cami tenía un perfume carísimo y los chewys que nos íbamos a comer en el día. Decidió no darle el gusto a los gringos y se quedó afuera. Adentro los policías hablaban entre ellos, uno decía que ya que veníamos desde tan lejos podrían haber hecho una excepción, otro (asumo que era el jefe) decía que no, que si veníamos de tan lejos como no estaba dispuesta a botar un par de cosas por entrar… gringos. ¿La verdad? No se si valía la pena, no se podía sacar fotos y me tocó esperar mucho para ver la cámara donde sesionan… la nuestra es mas grande y moderna. Estuve como 15 minutos tratando de salir, preguntándole a los “interns” donde estaba la salida. Nuevamente queda demostrado que la teoría de la “princesa en apuros” funciona a las mil maravillas : )
Luego fuimos al USBG (United State Botanical Garden) que era precioso. Lo se, son plantas y flores, pero tienen colores bonitos y por eso me gustan.
De ahí caminamos al Nacional Air and Space Museum, que según lo que yo había traído desde Chile, era el mas popular de los museos. Le encontré la razón, es buenísimo… si te gustan los aviones. Tengo que reconocer que era muy lindo, pero me quedaba con el de Historia Americana del domingo.
Finalmente, fuimos al Hirshhorn Museum and Sculpture Garden. La Camila lo recorrió entero, yo solo las estatuas que estaban en el jardín. Ya saben, el arte moderno y yo no nos entendemos muy bien que digamos y la mesita en la sombra y cerca de la fuente de agua se veía de lo mas tentadora.
Caminamos al Chinatown, pasamos por un par de tiendas y yo me compré un par de libros de los más inútiles pero muy divertidos. Uno de ellos se llama “The daily cocktail: 365 intoxicating drinks and the outrageous events that inspired them” y aparece un trago por día, mas una pequeña historia de efemérides, por ejemplo el del 14 de febrero, se llama St. Valentine’s Day Massacre porque, por lo que cuenta el libro, el 14 de febrero de 1929, Al Capone de deshizo de algunos de sus rivales. Yo creo que le vamos a dar muy buen uso (por las historias, obvio).
Si anoche pudimos tomar el tren de las 11, fue pura y exclusivamente por la capacidad de correr de la Cami, ya que ella compró las entradas mientras su pobre hermana corría medio muerta por las calles de NY. Fue lindo dormir en casa de nuevo.
Ya chicos, los dejo porque tengo que cerrar las maletas. Hoy hay almuerzo de despedida en la casa de la Rosita. Besos a todos, les escribo desde Boston!!!