
Cuando lo compré, hace un mes, mi primera intención fue leerlo de corrido. Pero lo pensé mejor y entre cuento y cuento esperaba un poco. Y es que este libro es así, hay que leerlo de a poquito, como una especie de “remedio para el corazón” (nunca jamás en mi vida pensé que iba a decir algo así), porque si lo lees de una patada, lo mas probable es que un par de emociones se queden atragantadas a medio camino y no terminen de salir.
Fue gracioso, pero mientras lo leía me puse a pensar que tal vez, con la Ale nos conocíamos de antes y yo no me acordaba… o a lo mejor se había encontrado con algún diario de vida o alguna carta escrita por mi (¿alguien se acuerda con que “cariño” buscaba yo en Las Heras las cartas que yo le había mandado a la abuela?). Después de leerle algunos cuentos a algunas amigas me di cuenta de una cosa: no puedo ser tan egocéntrica, ellas también sentían que los cuentos estaban hechos para ellas.
El libro está compuesto por 50 “micro cuentos” y lo mejor de todo (además del precio) es que es tan chico y manejable, que se podría tener adentro de la cartera a la espera de encontrar a alguien que se merezca alguna de las frases célebres que tiene.
Les dejo uno de muestra. Disfruten!
¿Qué somos?. Al comienzo éramos amigos, luego fuimos (amigos) y hoy somos “amigos”. Mañana quizás seamos amigos...o amigos con punto aparte.
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