Hoy, después de 1 año y 358 días, hoy termina mi ciclo en KC Chile.
A continuación, parte de mi mail de despedida:
No se imaginan lo difícil que ha sido escribir este mail.
Y finalmente llegó el último día en KC...
Mil gracias a todos por la paciencia y el apoyo. Por escuchar y darme consejos cuando los necesitaba. Por los abrazos... sobre todo por los abrazos. En estos dos años, he madurado y crecido y me han acompañado en este proceso.
Va a ser muy triste no verlos (casi) todos los días y compartir las alegrías de ganar un pedacito mas del mercado o de una nueva guagua, pero se que me llevo grandes amigos. Me lo han oído decir varias veces, pero es que son tantas las horas que uno pasa acá, que es imposible en no pensar que somos una gran familia!
Un beso y un abrazo para cada uno
Rose
No pensé que iba a ser tan terrible. Me acuerdo cuando me fui de mi ex pega, casi en silencio, despidiéndome solo de los 5 o 6 pelagatos que me interesa que supieran por mi que me iba. Los eché de menos, claro que si, pero creo que el efecto me duró a lo mas 2 semanas. De hecho a la unica que sigo viendo de esa época, ya no solo no trabaja ahí sino que trabaja en la Universidad.
Esto fue muy distinto. Cuando renuncié lloré de pena por no ver a la gente, cual mono japonés, pero como justo venía mi cumpleaños y la Meche tuvo la licencia, como que me aceleré y no asumí la realidad de la decisión tomada. Esta semana, con ella de vuelta, con reemplazo instalado al lado, me relajé... y ayer caí. Mal día, justo el de la despedida y sobre todo leyendo las lindas cartitas que (casi) todos escribieron en mi cuadernito de fotos de regalo. El tema, es que una vez que salen (las lágrimas), no hay como hacerlas devolverse.
Hoy fue peor. Todo olía a despedida. Escribir el mail de despedida implicó casi una caja de Kleenex y medio litro de lágrimas. Despedirme uno a uno de los de Huechuraba fue peor.
Y aunque me muero de ganas de empezar en la Universidad... ¡¡¡cómo los voy a extrañar!!!
A continuación, parte de mi mail de despedida:
No se imaginan lo difícil que ha sido escribir este mail.
Y finalmente llegó el último día en KC...
Mil gracias a todos por la paciencia y el apoyo. Por escuchar y darme consejos cuando los necesitaba. Por los abrazos... sobre todo por los abrazos. En estos dos años, he madurado y crecido y me han acompañado en este proceso.
Va a ser muy triste no verlos (casi) todos los días y compartir las alegrías de ganar un pedacito mas del mercado o de una nueva guagua, pero se que me llevo grandes amigos. Me lo han oído decir varias veces, pero es que son tantas las horas que uno pasa acá, que es imposible en no pensar que somos una gran familia!
Un beso y un abrazo para cada uno
Rose
No pensé que iba a ser tan terrible. Me acuerdo cuando me fui de mi ex pega, casi en silencio, despidiéndome solo de los 5 o 6 pelagatos que me interesa que supieran por mi que me iba. Los eché de menos, claro que si, pero creo que el efecto me duró a lo mas 2 semanas. De hecho a la unica que sigo viendo de esa época, ya no solo no trabaja ahí sino que trabaja en la Universidad.
Esto fue muy distinto. Cuando renuncié lloré de pena por no ver a la gente, cual mono japonés, pero como justo venía mi cumpleaños y la Meche tuvo la licencia, como que me aceleré y no asumí la realidad de la decisión tomada. Esta semana, con ella de vuelta, con reemplazo instalado al lado, me relajé... y ayer caí. Mal día, justo el de la despedida y sobre todo leyendo las lindas cartitas que (casi) todos escribieron en mi cuadernito de fotos de regalo. El tema, es que una vez que salen (las lágrimas), no hay como hacerlas devolverse.
Hoy fue peor. Todo olía a despedida. Escribir el mail de despedida implicó casi una caja de Kleenex y medio litro de lágrimas. Despedirme uno a uno de los de Huechuraba fue peor.
Y aunque me muero de ganas de empezar en la Universidad... ¡¡¡cómo los voy a extrañar!!!
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