El matrimonio, buenísimo... la misa en el Pilar, donde me tocó el gran honor de leer la primera lectura y la fiesta en el espacio Darwin, donde Guillén, el catering, definitivamente se superó a si mismo.
Reconozco que lo que mas esperaba de la fiesta, era el discurso del novio. Si! Igual que en las películas gringas, acá teníamos un "best man" que hacía de maestro de ceremonia a pesar de no hablar una gota de castellano y al novio, le toca hacer el clásico discurso a la novia y los invitados. Si la mitad de las mujeres del matrimonio ya encontrábamos que la historia de como Liam le pidió casamiento a Tere era digna de ser llevada al cine (¿Jude Law, Colin Firth o Hugh Grant? elijan), al terminar el discurso, todas estábamos derretidas de amor y mirando con cara de reproche a los hombres de la mesa a ver lograban al menos aprender algo de romanticismo clásico.
El novio en pleno discurso...
La fiesta duró hasta las y tantas... y esta vez me van a tener que creer, porque casi no hay material gráfico del evento, al menos no por parte mía : (