Casi me muero de la emoción cuando la Coti me dijo que se había conseguido entradas para ir a ver a Black Eyed Peas (BEP) ese domingo. Me pasaron a buscar y un poco antes de las 6, estábamos en el estadio San Carlos. Había mil letreros que decían que cosas no se podían llevar o no se podían hacer, pero parece que la pinta que teníamos con la Coti nos excluía de las advertencias. Entramos con bebida y máquina de fotos, sin que nadie nos dijera nada. Todavía era de día y habían 30ºC por lo menos. Arbolitos? ni uno solo.
Cuando llegamos, era el turno de The Rasmus, banda de rock gótico de Finlandia que contaba con algunos grupos de fans, todos de negro, que saltaban como locos. Yo, no pesqué mucho hasta que algo en el escenario llamó mi atención: el baterista, Aki Hakala. Es que ultimamente me he estado cuestionando un montón el tema de sentir pasión por las cosas y lo de este tipo en el escenario era una perfecta demostración de lo que hay que sentir por las cosas que a uno le gusta. Piensen que el 80% de la gente que estaba ahí, iba solo por BEP y salvo "In the shadows" no conocían muchas canciones mas. Y ahí estaba él, dando el 1.000% de si mismo, tocando como si ese fuera el último concierto de su vida. Los que se llevaban todos los gritos y los aplausos, eran el cantante y el bajista (que de lejos era igual a Matías I.), que eran los que hablaban con el público. Pero yo ni los pescaba, solo tenía ojos para Aki. Y me contagió, así que ahí estaba yo saltando junto con los góticos del lugar.
Después vino Ian Brown, ex vocalista de los Stone Roses y al parecer casi padre del brit pop. Yo esperaba algo tipo Oasis, pero en cambio me tocó un tipo que según yo se había fumado algo y cuya música no entendía para nada. Y encima hubo problemas con el sonido, así que cuando mas o menos se armaba algo de ambiente, con lo que se demoraban, la cosa se desinflaba de nuevo. La que si estaba gozando en mala era una que estaba detrás de nosotros y que le gritaba al publico por no apreciar la calidad del gallo que teníamos enfrente... en fin.
Y al final el plato fuerte: Black Eyed Peas. Automaticamente, el espacio entre personas se redujo al mínimo y la cancha se llenó de gente. Nosotros que estábamos bien adelante, pasamos a estar a menos de 10 metros del escenario. La verdad es que cualquier cosa que les diga del recital de ellos es poco. Saltamos, bailamos y cantamos y se nos olvidaron las horas que llevábamos de pie al borde del agotamiento.... Cantaron todas las canciones conocidas del grupo, mas dos de la Fergie como solista.
Fergie es tema aparte. Es linda, canta bien, sabe actuar (le salieron un par de lagrimones en "Shut up") y baila como una diosa (se daba vueltas de carnero con una mano... mientras cantaba). En la repartición de talentos, esta galla los agarró todos. Así es imposible odiarla.
Lo pasé increible. Lo único, era el tema del espacio vital mínimo. Cuando me aburrí de que me saltaran encima, me fui mas atrás y lo pasé mejor. Sacamos fotos, pero la Coti todavía no me las manda, así que como siempre, se las debo.
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