noviembre 09, 2006

Venid y vamos todos…

Empezó el mes de María. No se si se trata de algo que hagamos solo en Chile o si es una costumbre mariana de todo el mundo. Es un mes en el año, en que nos acordamos que tenemos que ser buenos y aprovechamos de “manguear” de lo lindo a nuestra madrecita del cielo.

Cuando estaba en el colegio, durante este mes, partíamos la mañana en la ermita (o el lugar que nos hubieran asignado) rezando las oraciones del mes y un misterio del rosario. Cada clase elegía a los que tenían que guiar los rezos… y los cantos. Un par de veces me tocó estar adelante y era todo un tema el no desafinar justo cuando estabas frente a la mitad del colegio.

Hay varias historias de cuando éramos chicos y rezábamos el mes de María en la casa. Poníamos una mesita con una imagen de la Virgen de las Rosas, con unas florcitas (varias veces eran dedalitos de oro silvestres medios mustios que arrancábamos cuando salíamos a dar una vuelta con la nana) y un par de velas.

Una vez Pedro, seguramente cansado de escuchar el mismo canto todos los días (Venid y vamos todos…) dijo que él tenía una canción super buena. Mi mamá casi se muere de la risa, cuando “el niño” partió cantando: Mamama, mama, María ma, mamama mama María ma…

En otra ocasión los papás iban a salir, así que me tocó a mi rezarlo sola con mi nana y la de la casa de al lado. Siempre que me tocaba empezar a mi, buscaba en la mirada de los otros cuando tocaba rezar el gloria. Si, ya lo se, son 10 avemarías y después el gloria, pero incluso cuando estaba con el rosario en la mano, me quedaba con la idea de que me había adelantado o que me había atrasado… El tema es que las nanas no dijeron nada, hasta que yo llevaba como 47 avemarías seguidos! Parece que así de mandona era.

Seguro que hay mil historias mas que no me acuerdo. Vamos a investigar...

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